Vacuna VPH y parto prematuro: qué revela el estudio canadiense sobre su posible relación
El virus del papiloma humano (VPH) es una de las infecciones de transmisión sexual más comunes a nivel global. Según la *Organización Mundial de la Salud*, casi todos los casos de cáncer de cuello uterino están vinculados a este virus. Pero más allá de su conocida relación con el cáncer, un estudio reciente publicado en el *Journal of Obstetrics and Gynaecology Canada* explora si la vacunación contra el VPH podría tener otro beneficio inesperado: reducir el riesgo de parto prematuro.
El equipo liderado por Elisabeth McClymont, de la Universidad de British Columbia (top-100 mundial en investigación), analizó datos de 5,447 partos ocurridos entre 2015 y 2018 en Columbia Británica. Los resultados, disponibles en este estudio publicado en 2025, no encontraron una asociación significativa entre la vacunación y menores tasas de prematuridad, pero abren preguntas cruciales para futuras investigaciones.
¿Por qué importa este estudio?
Los partos prematuros (antes de la semana 37) son la principal causa de mortalidad infantil en niños menores de 5 años. En Latinoamérica, las tasas oscilan entre el 8% y el 12%, según datos de la *Organización Panamericana de la Salud*. Si existiera un vínculo entre la vacuna del VPH y la reducción de este riesgo, las implicaciones para la salud pública serían enormes.
El estudio canadiense partió de una hipótesis biológica plausible: las infecciones por VPH pueden causar inflamación cervical, y esta inflamación crónica está asociada con ruptura prematura de membranas y parto pretérmino. "Es un planteamiento lógico", explica Arianne Albert, coautora e investigadora del Women's Health Research Institute. "Si la vacuna previene la infección, podría indirectamente proteger contra estas complicaciones".
Metodología y hallazgos clave
Los investigadores utilizaron dos bases de datos provinciales: el Registro de Datos Perinatales de BC y el Sistema de Información de Salud Pública Panorama. Cruzaron información de mujeres que habían recibido la vacuna en programas escolares (54.2% del total) con sus historiales obstétricos posteriores.
Los análisis mostraron que factores como antecedentes de parto prematuro previo y consumo de sustancias sí aumentaban significativamente el riesgo. Sin embargo, el estado de vacunación contra el VPH no apareció como determinante. "Esto no significa que no exista relación", aclara McClymont. "Nuestro estudio tenía limitaciones de tamaño muestral y seguimiento. Se necesitan investigaciones más amplias".
Contexto global y particularidades regionales
En España, la cobertura de vacunación contra el VPH en adolescentes ronda el 80%, una de las más altas de Europa. En contraste, muchos países latinoamericanos enfrentan barreras de acceso y desinformación. México, por ejemplo, reporta coberturas inferiores al 30% en algunas regiones, según datos del Ministerio de Salud.
La doctora Gina Ogilvie, experta en salud pública de la Universidad de British Columbia, subraya: "Incluso si futuros estudios confirmaran un efecto protector contra la prematuridad, primero necesitamos garantizar que las niñas reciban la vacuna. En muchas comunidades, el estigma alrededor del VPH sigue siendo una barrera".
¿Qué significa esto para ti?
Si eres padre o madre de una adolescente, estos hallazgos refuerzan la importancia de la vacunación contra el VPH, independientemente de su posible efecto en futuros embarazos. El cáncer de cuello uterino causa más de 34,000 muertes anuales en las Américas. La vacuna, disponible en la mayoría de los sistemas públicos de salud, puede prevenir hasta el 90% de estos casos.
Para mujeres embarazadas o planeando un embarazo, el estudio recuerda la importancia de controlar factores de riesgo modificables: desde el tabaquismo hasta el seguimiento prenatal regular. Como señala Deborah Money, coautora y profesora de obstetricia: "La prematuridad es multifactorial. Necesitamos abordarla desde múltiples frentes".
Próximos pasos en la investigación
El equipo canadiense demostró que vincular bases de datos poblacionales es viable, un método que podría replicarse en otros países. Chile, por ejemplo, cuenta con sistemas de registro robustos que podrían permitir estudios similares, como los que gestiona el DEIS (Departamento de Estadísticas e Información de Salud).
Mientras tanto, investigaciones paralelas exploran otros posibles beneficios no oncológicos de la vacuna. Un estudio reciente en *The Lancet* sugirió que podría reducir el riesgo de enfermedades de transmisión sexual no virales, posiblemente al inducir cambios en la microbiota vaginal.
Reflexión final: más allá de los datos
Los resultados negativos también aportan conocimiento. Como reflexiona Chelsea Elwood, especialista en medicina materno-fetal: "La ciencia avanza descartando caminos tanto como confirmándolos. Que no hayamos encontrado asociación no resta valor a la vacuna, sino que nos orienta hacia otras preguntas".
Para sistemas de salud como el español o los latinoamericanos, el mensaje clave es doble: mantener los esfuerzos de vacunación y seguir investigando los determinantes sociales de la prematuridad. Como muestra este análisis relacionado, las infecciones virales tienen efectos complejos que aún estamos descubriendo.
Fuente principal: Estudio completo en Journal of Obstetrics and Gynaecology Canada
Sobre el autor: Este artículo fue redactado por el equipo editorial de Educar en Salud, especializado en divulgación científica. Los contenidos se basan en fuentes revisadas y se explican con fines informativos para el público general.
Revisión editorial: Este contenido fue verificado por el equipo editorial de Educar en Salud con base en fuentes científicas primarias y guías de salud oficiales.
Resumen: Estudio en 5,447 partos no halló vínculo entre vacuna VPH y prematuridad, pero abre nuevas vías de investigación en salud femenina.
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